El aceite de coco ha sufrido las consecuencias negativas de la fama que tienen en la actualidad las grasas, debido a que engordan y se relacionan con patologías como la obesidad. Pero lo cierto es que las grasas son fundamentales para el organismo, al igual que las proteínas o los hidratos de carbono y el aceite de coco contiene multitud de propiedades de las cuales nos podemos beneficiar, sin embargo desconocidas, por lo menos para mí.
La característica fundamental de este aceite es que está compuesto en un 63% por triglicéridos de cadena media. Estos triglicéridos requieren menos energía y enzimas para descomponerlas, con lo que es más fácil digerirlas, al contrario que los ácidos graso de cadena larga y además pasan directamente del instestino al hígado.
Las grasas de cadena larga por el contrario, tienen que descomponerlas las enzimas pancreáticas, ser transportadas junto al colesterol desde el intestino al torrente sanguíneo y después llegar hasta el hígado. Una vez en el hígado esta grasa se descompone para obtener energía, otra parte pasa de vuelta al torrente sanguíneo y lo que queda se almacena.
Y ¿por qué explico esto?, porque resulta que esa grasa que sobra y se almacena en el hígado, puede dar lugar a un hígado graso y como escribí en un artículo previo, existe una estrecha relación entre poseer un hígado graso y ser diagnosticado con Diabetes Mellitus Tipo 2 (Ver https://medicinanaturalysalud.wordpress.com/2014/07/26/la-relacion-entre-el-higado-graso-y-la-diabetes-tipo-2/). Sin embargo los triglicéridos de cadena media pasan directamente al hígado sin pasar por el torrente sanguíneo, lo que provoca que no aumente en ella los niveles de triglicéridos y colesterol. Además, una vez que se encuentran en el hígado, se convierten en moléculas ATP, que son las que nos proporcionan energía, con lo cual se podría decir que se comportan más como hidratos de carbono que como grasas.
No obstante, quisiera aclarar que el aceite de coco contiene un 63% de triglicéridos de cadena media y un 33%, más o menos, de cadena larga, lo que quiere decir que su consumo tiene que ser controlado y no tomar este aceite en excesivas cantidades (esta apreciación se puede aplicar a cualquier alimento por muchas propiedades nutritivas o terapéuticas que posean).
Otra característica que me ha parecido muy interesante, es que resulta que es el único aceite que no se oxida al calentarlo, así que sería el aceite más apropiado para freír. Quizás nos deberíamos plantear sustituir el aceite de oliva por el aceite de coco para realizar este tipo de cocción, aunque cuántos menos fritos en la dieta, mejor para la salud.
Beneficios medicinales del aceite de coco
Este aceite ofrece beneficios en patologías neurológicas como el Alzheimer, Parkinson y Esclerosis Múltiple, también es recomendado para el corazón, riñones, páncreas, colon y hasta en casos de diabetes y cáncer.
En un artículo publicado por el doctor Bruce Fife, denominado «Health properties of coconut oil» dice textualmente: «En comparación con otras grasas el aceite de coco es fácil de digerir y mejora la absorción de vitaminas, minerales, aminoácidos y ácidos grasos por lo que es una excelente opción para el tratamiento de la desnutrición y para quienes tienen problemas digestivos.»
Propiedades para la Diabetes
El aceite de coco puede resultar útil para las personas con diabetes porque los triglicéridos de cadena media mejoran la secrección de insulina.
Un estudio llevado a cabo en 2009 en el Instituto Garvan de Investigación Médica en Australia, denominado «Effect of saturated fatty acid-rich dietary vegetable oils on lipid profile, antioxidant enzymes and glucose tolerance in diabetic rats», demostró que una dieta compuesta por aceite de coco, protege contra la resistencia a la insulina en músculo y grasa. Este hecho se ha constatado en personas que poseen Diabetes Tipo 2.
En cuanto a las personas que tienen una Diabetes Tipo 1, hay otro estudio publicado por la sección de endocrinología del Yale School of Medicine USA en 2009, bajo el título: «Medium-chain fatty acids improve cognitive function in intensively treated type 1 diabetic patients and support in vitro synaptic transmission during acute hypoglycemia», que ha demostrado que los ácidos grasos de cadena media presentes en el aceite de coco pueden mejorar la función cerebral en los pacientes de Diabetes Tipo 1, concluyendo que los triglicéridos de cadena media ofrecen la ventaja de preservar la función cerebral bajo condiciones hipoglucémicas sin causar una hiperglucemia ni sus negativas consecuencias.